Caballo negro
Caballo negro,
negro como la noche más oscura.
Envidia, del brillo de tu pelo,
te tiene la luna.
Noble y poderoso caballo,
de escultural figura,
Sobre los verdes prados,
das rienda suelta a tu locura.
Caballo solitario,
sin dueño, cuadra o herradura.
Tu merecida libertad,
enfada, preocupa y asusta.
Por el miedo de algunos,
Ya quieren ponerte montura.
Caballo negro,
tan negro como la nada absoluta.
En el reloj del campanario,
han dado ya las una.
Muchedumbre en la plaza
para ir a darte captura.
Catedráticos,
del uso popular de la cultura,
Cargando sus mochilas,
Llenas de quimeras cada una.
Ambiciones y pretensiones,
que quieren que se cumplan.
Inalcanzable corcel,
que galopas por la llanura.
Teniendo pendiente
la más difícil asignatura.
Ensoñaciones de posesión,
perdida de cordura.
Caballo negro,
tan negro como la fé más corrupta
El ocaso llega,
no tengas la más mínima duda.
El reloj no da las horas,
las campanas están mudas.
El lamento del tiempo,
en el horizonte se vislumbra.
Con un pie en el estribo
y con el otro en la sepultura
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